Un relato de iniciación. Uno se inicia en la rutina de ganarse la vida, el sexo, la admiración, la enfermedad, la imprevisibilidad de los acontecimientos, la volubilidad de los sentimientos propios y ajenos, la decepción, la mirada de los otros y la necesidad o la obviedad de una explicación de manera similar. Simpleza maquillando lo brutal; incertidumbre que dispara decodificar hipotéticas motivaciones; conjeturas nacidas del deseo o del miedo. La Srta. Hyde empujada por la vida sin aparente intervención. Atestigua, se deja llevar con una tibia y resignada sorpresa. Las emociones filtrándose por las hendijas de las circunstancias en tiempo y espacio tras el cartel que ubica a Amundsen en el mapa. “Aún pareció que podríamos abrirnos paso entre el gentío, que en un momento estaríamos juntos. Tan inevitable, sin embargo, como que seguiríamos nuestro camino.”
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